Chapter 38
Chapter 38
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Tras escuchar, Sofia no continuò discutiendo, Vale, voy a empacar”
Capítulo 38
Sofia estaba arreglando su maleta en la habitación, mientras Camila jugaba con Noe y Leo en la sala, y les cortó unas naranjas para picar. Leo jugaba al juego de damas chinas con Camila mientras que Noe observaba. Camila perdió cinco partidas seguidas y ya no pudo más, “Sofi, ¿ya terminaste? Vamos a salir a comer. Ya no quiero seguir jugando con Leo, nunca he ganado ni una sola vez. Es vergonzoso perder contra un niño de preescolar, buaaa…
“Madre de corazón, no es tu culpa. Nadie ha ganado contra mi“, consoló Leonardo.
Es cierto que es una madre de corazón, no le diremos a nadie“, agregó Noe.
Buasa. Gracias, mis tesoros. Voy a cambiarme y los llevaré a comer algo delicioso“. Dicho esto, se levantó rápidamente para cambiarse de ropa, decidida a nunca más jugar al juego de damas chinas con Leo.
Cuatro años después, al pisar de nuevo la tierra de San Bernat, Sofía sentía una mezcla de nerviosismo e inquietud. Mientras organizaba su equipaje recordaba los eventos pasados. Tras finalizar su divorcio con Rafael, se había ido ese mismo día y se estableció en Ciudad Nube.
La primera noche se quedó en un hostal y al día siguiente encontró una vieja casa desocupada con un alquiler bastante económico. Sofía firmó un contrato de cinco años directamente con la dueña, una mujer amable cuyo marido había fallecido siendo bastante joven. Sofía la llamaba tía Raquel, y Camila, la hija de tía Raquel, había estudiado en la universidad de San Bernat y decidido trabajar allí, visitando a su madre en los días festivos. En una ocasión, al ver los diseños de moda que Sofía había
creado para su bebé por nacer, Camila se quedó encantada. Con una mente aguda, motivó a Sofía a emprender juntas. Ella se encargaría del diseño y Camila de la producción y las ventas en línea. En ese momento, la mujer, sin otras habilidades destacables y dudando del éxito, decidió intentarlo por el impulso de Camila.
Para su sorpresa, la primera colección de cinco prendas generó ganancias significativas en la preventa, y el negocio continuó prosperando. Camila incluso dejó su trabajo para dedicarse por completo a la empresa. Al planear registrar la compañía, eligieron San Bernat por sus recursos, registrando la empresa a nombre de Camila. Sofía prefería mantenerse en anonimato, temiendo que Rafael descubriera la existencia de sus hijos. Así, Sofia se quedaba en Ciudad Nube, encargándose del diseño, mientras Camila manejaba el resto.
Tia Raquel, al ver a Sofía embarazada y sola, no preguntó más detalles, suponiendo que debía tener una vida difícil. Se mostró especialmente atenta, proporcionándole a Sofía comida y otras necesidades. Con el embarazo de gemelos avanzando, ella, con recursos limitados y el negocio apenas comenzando, se esforzó hasta el parto. Tía Raquel la ayudó a llegar al hospital, donde los bebés nacieron a término aunque con el peso justo en el límite, pero sanos. Después del parto, tía Raquel se ofreció a ayudar a cuidar de Sofía y de los bebés, ya que cuidar a dos era agotador. Camila regresó por medio año para ayudar, convirtiéndose en una madre de corazón para los niños. Camila, aspirando a ser una mujer de éxito, nunca se había interesado en relaciones amorosas o en casarse, aceptando ser la madrina de los niños.